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El folklore en Chile

El folklore en Chile se conforma al mezclarse indígenas, españoles y chilenos criollos ya que se fusionaron la música, los bailes, los trajes y las comidas. Esa herencia constituye la base del folclore nacional.

Lo que podemos denominar como folclore actual chileno se origina alrededor del siglo XVIII en donde las alegrías populares eran siempre acompañadas de música que se interpretaba en la vihuela o guitarra, guitarrón, arpa o rabel. Los bailes españoles de la época eran el fandango, la seguidilla y el zapateo.

La expresión popular más genuina del folclor nacional, era la controversia poética en la forma de contrapunto o palla, que reunía a los más famosos palladores en las grandes fiestas cívicas o religiosas.
Desde 2007, el «Día nacional del Folclore» se ha celebrado en el país el 22 de agosto de cada año.

Bailes y música tradicionales

En el norte de Chile, los bailes tradicionales están fuertemente influenciados por la cultura quechua y aymará, que comprende parte de Perú, la zona andina de Bolivia y el Norte de Chile. Los bailes son pieza básica de la religiosidad popular y en actividades ligadas a la antigua religión inca y que hoy tienen una apariencia pagana, como es el caso del enfloramiento del ganado. Fuera de la Cueca nortina, bailes destacados son el trote y el cachimbo.

Los bailes de la zona central de nuestro país tienen en su mayoría raíz española, como también negra o más recientemente mexicana y colombiana. Varios de ellos mantienen vigencia en los fértiles valles de este lugar de Chile. Algunos de éstos son:

Cueca: Es la danza folklórica nacional por excelencia porque como ninguna otra ha alcanzado una dispersión tan amplia en todas las regiones del país, una práctica tan difundida entre personas de diferentes edades y condiciones, una significación tan representativamente histórica y, además porque no obstante estar su forma coreográfica estrictamente establecida, es la que ofrece más posibilidades de riqueza emocional en su ejecución, que desarrollan una o más parejas mixtas e independientes, con sus bailarines sueltos y con uso de pañuelo.

La principal característica del baile en la zona de Chiloe es su gran vitalidad, quizás para contrarrestar lo frío que es el entorno donde vive su gente. Muchas de estas danzas aún permanecen vigentes.

Trastacera: Danza de pareja donde cada uno de sus movimientos es indicado por la letra de la canción. El varón invita a la dama a realizar una media vuelta y se coloca frente a él. Ella toma su falda, mientras que el hombre mueve sus brazos al compás del canto. Original de Chiloé, pero con influencias
trasandinas.

Costillar: Danza festiva que se desarrolla en torno a una botella que se coloca en medio de la pista. Es un baile de parejas masculinas, de carácter competitivo, donde quien derribe la botella producto del baile queda eliminado, proclamándose el otro vencedor.

Sirilla: Descendiente directa de la seguidilla española se mantiene vigente en la isla grande. Aún se la baila en la isla grande, donde mantiene un paso arrastrado y de ágil ritmo. Es un baile de pareja suelto donde ambos hacen un movimiento en forma de "S" de ida y vuelta. La mujer lleva la mano en la cintura y con la otra. tomada la falda. El hombre tiene sus dos manos tras la cintura, Luego van al centro haciendo una media luna. Después regresan a su posición original, para luego girar, en su lugar, cambiar de lado y terminar en el centro, lo que se repite nuevamente en dos ocasiones.

Vals Chilote: Tradicional baile, muy arraigado también en la zona central, donde hombre y mujer bailan enlazados. La diferencia radica en que el ritmo es más marcado, redundando en la intensidad del paso y en la forma de abrazar a la pareja.

La zona sur de chile y parte de argentina es el territorio de la llamada, gente de la tierra o Mapuches, como se les conoce.

La música y la danza mapuche están ligadas básicamente al culto de las divinidades que rigen la naturaleza. Sus ritmos, siempre son monocordes. Las danzas se usan para ceremoniales religiosos del Machitún o el Nguillatún que sobrevivieran a la penetración cristiana que trajo el español cuando inició la conquista. En ambos actos religiosos, se elevan plegarias a Ngenechen o dueño de la gente. Acá se realizan bailes como el Loncomeo danza en la que se imitan los movimientos de animales. La presencia de la machi, es fundamental, pues es ella la encargada de curar a la. gente de la comunidad y la única intermediaria entre los mortales y el mundo de los espíritus por medio de este rito que se hace frente al rehue o altar de madera de canelo, su árbol sagrado.

Pese a su pequeño tamaño, Isla de Pascua mantiene un acervo cultural amplio, basado en canciones e historias que se transmiten de generación en generación. Sus bailes tienen una gran influencia polinésica, aunque también cuentan con expresiones propias dedicadas a los dioses, al amor y a fenómenos de la naturaleza. Otra de las características de los pascuenses es la de asimilar rápidamente influencias externas y adoptarlas con códigos propios.

Sau Sau: De origen polinesio, esta danza llega a la isla durante el período de la 2' Guerra Mundial. Se caracteriza por tener una gran cadencia en sus movimientos, con maniobras ondulantes de las manos. Este baile se realiza con trajes de plumas, que son el principal elemento diferenciador de la cultura pascuense con el resto de sus congéneres del Pacífico Sur.

Tamure: De movimientos muy rápidos, especialmente de las piernas, se baila en parejas y es dedicado a la fertilidad. Otra de sus característica son sus movimientos pelvianos de acuerdo al desarrollo de la música. Este baile guarda cierta influencia tahitiana.

Comidas y alimentos típicos

Dentro de la deliciosa gastronomía de Chile podemos disfrutar de muchos y variados platos típicos. Incluso muchas de estas comidas sólo las podremos encontrar durante nuestra visita por este país y suelen variar según la zona donde nos encontremos.

Producto de la extensa geografía de Chile, las recetas son muy variadas, pero se pueden diferenciar tres macro zonas gastronómicas:

o Gastronomía del Norte de Chile
o Gastronomía del Centro de Chile
o Gastronomía del Sur de Chile

De todas ellas, la cocina ha recibido el aporte de los diferentes aborígenes a lo largo del país, sus diferentes costumbres y productos: aves, carnes, mariscos y pescados con diferentes condimentos y preparaciones, que van de la mano de la influencia extranjera que ha originado una amplia gama de bebidas y postres. Un producto en que la cocina chilena ha sabido sacarle el máximo partido y utilizarlo en múltiples platos, es el maíz, o choclo como se le conoce en Chile. También la papa y el poroto son materias primas provenientes de la cocina indígena. Entre platos dignos de nombrar a base de los ingredientes anteriores, están la crema y el pastel de choclo, las humitas y los guisos a base de papas, la carbonada, el charquicán y los porotos con zapallo.

Los españoles trajeron al continente carnes, como las de chancho (cerdo) y de vacuno, de donde surgieron preparaciones como los arrollados de carne, el chancho a la chilena, el chupe de guatitas, las costillas de cerdo con ají y la lengua en salsa picante, entre otros platos.

La gastronomía típica de la Isla de Pascua se basa principalmente en mariscos y pescados, en especial la langosta. Al igual que en el sur de Chile, el curanto es la comida tradicional de la isla. Se acompaña con papas sin pelar y de "poe", un budín dulce hecho con harina, plátanos y zapallo.

Leyendas ancestrales

La Pincoya

En la hermosa laguna Huelde, ubicada a escasos cuatro kilómetros de Cucao, nació la Pincoya, mujer muy bella y de tez blanca ligeramente bronceada, cabellos de oro y que, de la cintura hacia abajo, tiene la forma de un pez.

Antiguamente habitaba una enorme caverna en forma de salón rocoso y tenía por costumbre bañarse en la laguna y el río Puchanquin. Desde los roquerios, mediante un suave y prolongado silbido, hacia emerge desde el fondo de las aguas un tronco de oro macizo sobre el cual trepaba y, sentada allí, peinaba sus cabellos. A veces, durante la noche, entonaba embrujadas canciones amorosas, a las cuales nadie podía resistirse.

Muchas personas buscaron a la Pincoya para obtener sus favores, y ella desapareció del lugar para no volver. Se cree que ella fue robada desde la laguna Huelde para llevar prosperidad y abundancia a playas lejanas.

Desde entonces, las aguas tomaron el color oscuro que hoy tienen y pese a que muchos han intentado imitar el silbido de la sirena, el tronco de oro aún está sumergido esperando a su hermosa dueña.

El Caleuche

Es un buque que navega y vaga por los mares de Chiloé y los canales del sur. Está tripulado por brujos poderosos, y en las noches oscuras va profusamente iluminado.

Tiene alumbrado y velamen color rojo, por andar tripulado por brujos. Por lo general, en sus navegaciones no cesa a bordo la música. Se oculta en medio de una densa neblina que él mismo produce. Jamás navega a la luz del día.

Si casualmente alguna persona que no sea bruja se acerca, éste se transforma en un simple madero flotante; y si el individuo intenta apoderarse del madero, éste retrocede.

Otras veces se convierte en una roca o en otro objeto cualquiera y se hace invisible. Sus tripulantes se convierten en lobos marinos o en aves acuáticas. Se aseguran que los tripulantes tienen una sola pierna para andar y que la otra está doblada por la espalda, por lo tanto andan a saltos y a brincos. Todos son idiotas y desmemoriados para asegurar el secreto de lo que ocurre a bordo.

Al Caleuche no hay que mirarlo, porque los tripulantes castigan al que lo mira volviéndoles la boca torcida, la cabeza hacia la espalda o matándoles de repente, por arte de brujería. El que quiera mirar al buque y no sufrir el castigo de la torcedura, debe procurar que los tripulantes no se den cuenta de su audacia.

Este buque navega cerca de la costa y cuando se apodera de una persona, la lleva a visitar ciudades del fondo del mar y le descubre inmensos tesoros, invitándola a participar en ellos con la sola condición de no divulgar lo que ha visto. Si no lo hiciera así, los tripulantes del Caleuche lo matarían en la primera ocasión que volvieran a encontrarse con él.

Todos los que mueren ahogados son recogidos por el Caleuche, que tiene la facultad de hacer la navegación submarina y aparecer en el momento preciso donde se le necesita para recoger a los náufragos y guardarlos en su seno, que les sirve de eterna mansión.

Cuando el Caleuche necesita reparar sus cascos o sus máquinas, escoge de preferencia los barrancos y acantilados, y allí, en las altas horas de la noche, procede al trabajo.

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