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Los pueblos indígenas de Chile

Los pueblos indígenas de Chile fueron realmente vastos hasta hace unos 200 años. Desde organizaciones sociales modernas, hasta aisladas comunidades de cazadores, recolectores y pescadores. Hoy, lamentablemente, muy pocas de estos pueblos perduran en su cultura y sus costumbres, fruto de la colonización española y del mestizaje. Los pueblos que aún perduran casi intactos son los Mapuches (al sur de Chile, y los Rapa-Nui en la isla de Pascua).

En Chile, por su gran variedad geográfica, se dieron todo tipo de organizaciones sociales y económicas en sus distintas culturas autóctonas. Uno de los aspectos más claros, para entenderlas, es su relación con su entorno. Por un lado los pueblos del norte, donde alcanzaron un alto desarrollo en organización social, agricultura, ganadería y artesanía, y a medida que avanzamos hacia el sur, encontramos pueblos nómadas dedicados principalmente a la caza y la pesca.

Uno de los pueblos indígenas de Chile más adelantados fueron los Atacameños, que ocupaban los territorios al interior de Tarapacá, Antofagasta y Puna de Atacama. Sus vestigios se remontan a casi 12.000 años, poseían una cultura muy desarrollada, dedicándose a la agricultura, crianza de llamas y alpacas, a la minería y metalurgia, destacando su avanzada industria textil y alfarera.

Otro pueblo de la zona norte, notable por su cultura, fueron los Diaguitas. Establecidos entre Copiapó y el Río Choapa, desarrollaron la alfarería, alcanzando gran perfección en diseño y colorido; conocían el tejido y la minería de oro, cobre y bronce, además de ser pastores de llamas y alpacas.

A lo largo de todo el litoral comprendido entre Arica y Chile central, habitaron los Changos, un grupo de pescadores de costumbres nómadas, que se caracterizaban por sus embarcaciones hechas de cueros de lobos marinos inflados. Desaparecieron tardíamente fusionados con el mestizaje.

Los Picunches ocuparon la zona comprendida entre el Río Choapa y el Río Itata. Fueron influidos culturalmente por su vecinos del norte (los diaguitas), y por los del sur (los mapuches); eran agricultores, ganaderos y conocían la alfarería y el trabajo en tejidos.

Ya en la zona sur del país (Vlll Región), quedan pocas culturas dedicadas a la explotación sistemática de la tierra. La mayoría se centran en actividades de caza y recolección.

En las cercanías del Río Bio-bío y Toltén se instalaron los Mapuches, pueblo aguerrido, dedicado principalmente a la caza. Rápidamente se adaptaron a las circunstancias nuevas de una guerra contra los españoles, aprendieron el uso del caballo, de las armas de hierro y sostuvieron la más tenaz resistencia al invasor durante trescientos años. Es el único pueblo en Chile que aún conserva su espíritu ancestral y sus tradiciones culturales.

El único pueblo en esta zona, que no se dedicó a la caza y recolección, fueron los Huilliches, que ocupaban la zona que va desde el sur del Bio-bío hasta el Golfo de Reloncavi. Eran agricultores pacíficos, que no ofrecieron resistencia ni a los invasiones mapuches ni a los españoles.

Los Chiquillanes eran indígenas nómadas y recolectores, que habitaron la región oriental de la Cordillera de los Andes, entre el Río Diamante y el Lago Nalalhue. Hacían frecuentes cruces de la cordillera para comerciar con otros pueblos aborígenes de nuestro territorio y posteriormente con los españoles.

Otro pueblo de esta región fueron los Puelches, que alzaron sus tolderias en la zona cordillerana al sur de Valdivia y hasta las alturas de Osorno, dedicándose a la caza del guanaco y a la recolección de frutas. Lentamente fueron mestizándose con los mapuches y los huilliches hasta desaparecer.

Los Pehuenches fueron cazadores y recolectores nómadas, que habitaron el territorio cordillerano entre Chillán y Valdivia. Traspasaban la cordillera para comerciar y recolectar piñones (pehuén). En el siglo XVIII se establecieron definitivamente en territorio chileno.

En la isla de Chiloé y la zona de los canales y archipiélagos australes habitaron los Chonos, pueblo de pescadores y cazadores de Lobos marinos. Con la llegada de los Cuncos a Chiloé, fueron desplazados más hacia el sur; sin embargo, aprendieron de ellos una agricultura rudimentaria y la crianza de la llama. De la fusión de ambos pueblos nació el Chilote.

En la Undécima Región existieron dos pueblos diferenciados en sus costumbres: uno esencialmente de tierra y el otro marino. Los primeros, los Tehuelches, habitaron ambos lados de la Cordillera de los Andes, en la zona comprendida entre el Golfo de Reloncaví y Tierra del Fuego. Más conocidos como Patagones, practicaban la caza y la recolección de frutas, plantas y raíces. Desaparecieron tras sucesivas mezclas con otros grupos indígenas y con la conquista española.

El segundo pueblo fue el Alacalufes, que vivían en sus botes de cortezas o árboles ahuecados, recorriendo la extensa región comprendida entre el Golfo de Penas y el Canal Beagle. Alejados de todo contacto con otros pueblos, no conocieron agricultura, ni ganadería dedicándose a la caza de focas y a la pesca.

Ya en el extremo austral del país encontramos a los Yamanas, indios pescadores conocidos también como Yaghanes, quienes habitaban las islas y canales del Beagle. Al igual que los Alacalufes, no mantuvieron contacto con otros pueblos y no conocieron agricultura ni ganadería. Durante el período de colonización fueron objeto de una despiadada destrucción.

Los Onas, llamados así por sus vecinos Yamanas, eran dos subgrupos, los indios Selk-Nam y los Hausch, diferenciados por características de costumbres y lenguaje, pero pertenecientes al mismo grupo étnico. Habitaron la Isla Grande de Tierra del Fuego, dedicándose a la cacería de guanacos y a la recolección de bayas y otros frutos. De gran estatura, corrieron igual suerte que sus vecinos Yamanas, siendo exterminados por los colonizadores blancos.

En la isla de Pascua, y según la tradición oral rapanui, los primeros habitantes de la isla Rapa nui (Isla de Pascua) llegaron huyendo del hundimiento de un mítico continente o isla llamado Hiva (aún sin identificar); siendo Hotu Matu'a su primer Ariki Henua (rey) aproximadamente hacia el siglo IV. Se estima que la población de Rapa Nui, sufrió una crisis de sobrepoblación en los siglos XVII y XVIII, lo que habría provocado guerras entre las tribus, con la consiguiente destrucción de los altares ceremoniales y el abandono de las canteras en que se tallaban los moai. Los nativos comenzaron a vivir en cuevas y debieron padecer periódicamente la escasez de alimentos. El primer contacto de los rapanui con algún occidental tuvo lugar el 5 de abril de 1722, cuando el navegante neerlandés Jacob Roggeween arribó a la isla.

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